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Whitehouse Live Action 85 13/02/99 review by Juan Cánovas
Centro De Cultura Contemporanea De Barcelona
Eramos unos 180. Todos sentados en unas cómodas butacas de un muy coqueto recinto, pero quizás inapropiado para un concierto tan especial como este. Gente ávida de sentirse sodomizada por el ruido que engendra Whitehouse. Curiosos que querían comprobar si era para tanto la leyenda que acompaña al grupo. Nativos de otras tierras y culturas que cruzaron cientos o miles de kilómetros para disfrutar de una de las escasisimas apariciones en directo de ellos, los tres jinetes del caos y el ruido. Todo estaba en calma. Dos asépticas mesas soportaban dos sintetizadores. Una tenue luz roja las iluminaba. En el centro un micrófono. El que primero subió al escenario fue Peter Sotos, grande, muy grande, cara de pocos amigos, completamente de negro, botella de vodka en la mano, y alentando al público a levantarse y a chillar. Después apareció Philip Best, su camiseta rezaba "Not Cunt" ("Coños no"). El último en ascender al escenario fue William Bennett. Con su maleta de viaje en la mano, gafas de sol, abrigo de cuero, y con la frase "A cunt like you" ("Un coño como tú") en su camiseta. En ese momento el ruido comenzó. ON.
P. Best se acercó al micro y comenzó a chillar como un
poseso mientras se estrujaba y retorcía los huevos. Los sintetizadores comenzaron
a generar ruido y la primera canción que sonó fue "Tit Pulp", una
de las pocas cuya parte vocal corre a cargo de Best. Este se retorcía, movía
los brazos de forma simiesca y hacía estrafalarios cortes de mangas mientras
gritaba ininteligibles consignas. Un genial arranque lleno de fuerza, sin preámbulos,
pero algo no iba bien. Peter Sotos tenía problemas técnicos con el sonido. Dos
amplificadores y un micrófono no funcionaban. Intentaba comunicarse con el personal
de la organización pero no encontraban solución. A su vez el público permanecía
sentado en sus butacas, mirando de forma pasiva el espectáculo, con ojos como
platos, acongojados por el ruido. Estas dos situaciones provocaron el cabreo
la furia de Sotos, quién arremetió a cabezazos y patadas contra los amplificadores
y quién se le cruzase por el medio. Desde ese momento Peter Sotos desapareció
del concierto. Estuvo más tiempo rondando por la sala que encima del escenario.
Mientras tanto William Bennett había arrebatado el micro a Best y comenzó a
interpretar "Thank your lucky stars", chillando hasta la extenuación
y eyaculando cerveza sobre el público. La gente desde sus butacas emitía chillidos
y gritos como respuesta primaria, como un impulso o una reacción ante el ruido
generado. El caos más absoluto se apoderó del recinto. Bennett y Best se peleaban
por el micro, Sotos esparciendo bebida por el escenario, paseándose enfadado,
en la primera fila el mítico Jordi Valls de Vagina Dentata Organ y colaborador
de Psychic TV, exhortaba al público a levantarse de sus asientos y participar
en el ritual. Se santiguaba como si estuviese ido, recibía las iras de Peter
Sotos y en un arranque de furia ante el pasivo público, levanto parte de la
tarima que precedía al escenario. Mientras Best y Bennett seguían peleándose
por gritar delante del micro. Sonaron canciones como "Dedicated
to Peter Kurten" o "Rock and Roll". En la parte final del concierto fue Philip Best quien estuvo más
activo. Curiosamente fue quién llevo la parte vocal de los temas más salvajes
como "Worthless", "Quality time" o "A cunt like you".
Agarrando el micro con fuerza, escupiendo a los pocos presentes en las primeras
filas, y repitiendo hasta la extenuación "Cunt!! Cunt!! Cunt!!
Cunt!! Cunt!!" Bennett pasó a un segundo plano
manejando los sintetizadores. De Sotos nunca más se supo. La canción que cerró
el concierto fue la más tranquila de toda la historia de Whitehouse. Una nueva
mezcla del tema "Private" de su último CD "Mummy and Daddy"
El tema original está compuesto por auténticos documentos sonoros relatando
casos de violencia domestica, pero en esta ocasión solo se oían de forma muy
tenue, en un segundo plano, mientras un zumbido casi monocorde salía de los
sintetizadores. Bennett y Best desaparecieron dejando este ruido durante un
largo tiempo. El público no se movía. Al rato Best apareció dando tumbos, la
cerveza ingerida durante el concierto dejaba su huella, se acercó al sintetizador
y lo puso en OFF. Luego volvió a desaparecer. Así acabo todo. La gente poco
a poco, temerosamente, se levantó, gritó, y se fue. Sobre el escenario cerveza
por el suelo, pilas gastadas, vasos, botellas y las mesas con los sintetizadores
apagados. En un rincón la maleta de Bennett. Pudo haber sido mejor. Sotos podía
haber participado algo, Bennett podía haber estado más activo, el público podía
haber sido más participativo, el sonido mejor o el recinto más adecuado. A mí
personalmente no me importo mucho. Había visto el mayor caos sobre un escenario.
La mayor devastación sonora que un grupo puede producir. El Pandemónium del
ruido en la Tierra. Whitehouse. Genial.
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